2 sept 2018

Habilidad motriz fina

La Motricidad fina es la coordinación de los movimientos musculares pequeños que ocurren en partes del cuerpo como los dedos, generalmente en coordinación con los ojos. En relación con las habilidades motoras de las manos y los dedos, el término destreza se utiliza comúnmente. Cuando se aplica a la teoría de la aptitud humana, esto se llama "la destreza manual". El alto nivel de destreza manual que los seres humanos exponen puede atribuirse a la manera en que las tareas manuales son controlados por el sistema nervioso. Cuando un niño presenta problemas en la lectoescritura, una de las causas puede ser que no se le da la importancia necesaria a la estimación de la motricidad fina desde su primer mes de vida, la cual se refleja posteriormente en tareas donde se utilizan de manera simultanea, el ojo, mano, dedos como por ejemplo: rasgar, cortar, pintar, apilar objetos, colorear, escribir y que permitan al niño ejercitar su vista al momento de leer.
Los movimientos de la mano son iniciados por comandos procedentes de una región de la corteza motora primaria que contiene un alto número de neuronas corticoespinales (CST), especializado neuronas, denominadas células corticomotoneuronal (CM). Las Células CM descienden a la médula espinal para formar conexiones monosinápticas con las neuronas motoras del asta anterior. La investigación ha demostrado que estas conexiones monosinápticas pueden dar cuenta de la gran cantidad de destreza manual observada en primates, incluyendo seres humanos.12

Tipos de habilidades motoras

Las habilidades motoras son los movimientos y las acciones de los músculos. Se clasifican en dos grupos: las habilidades motoras gruesas y la motricidad fina. 
Las habilidades motoras gruesas implican el movimiento de los brazos, las piernas, los pies o el cuerpo entero. Esto incluye acciones tales como correr, gatear, caminar, nadar y otras actividades que involucran a los músculos más grandes.
Las habilidades motoras finas son los pequeños movimientos que se producen en las manos, muñecas, dedos, pies, dedos de los pies, los labios y la lengua. Son las pequeñas acciones que se producen, como recoger objetos entre el pulgar y el dedo índice, usando un lápiz para escribir con cuidado, sosteniendo un tenedor y usarlo para comer y otras tareas de músculos pequeños que se producen a diario.

Estas dos habilidades motoras se desarrollan juntas y afectan en gran medida la coordinación del niño. A través de cada etapa de desarrollo de la vida de un niño, niñez temprana, preescolar y en edad escolar, las habilidades motoras se desarrollan gradualmente y entre los 6 y 12 años de edad, los niños por lo general han llegado a dominar las habilidades básicas de motricidad fina. Estas se mantendrán desarrollando con la edad con la práctica y el mayor uso de los músculos mientras se practican deportes, tocar un instrumento, usar la computadora y la escritura.

Los problemas más comunes

Las habilidades motoras finas pueden deteriorarse. Algunas de las razones para el deterioro podría ser una lesión, enfermedad, accidente cerebro vascular, deformidades congénitas, parálisis cerebral y discapacidades del desarrollo. Los problemas con el cerebro, la médula espinal, los nervios periféricos, los músculos o las articulaciones también pueden tener un efecto en las habilidades motoras finas y disminuir el control. Si un bebé o un niño menor de cinco años de edad no está desarrollando sus habilidades motoras finas, va a mostrar signos de dificultad para controlar los movimientos del cuerpo coordinados con las manos, los dedos y la cara. En los niños pequeños, el retraso en la capacidad de sentarse o de aprender a caminar puede ser una señal temprana de que habrá problemas con las habilidades motoras finas. Los niños también pueden mostrar signos de dificultad con tareas como cortar con tijeras, dibujar líneas, doblar la ropa, sostener un lápiz, escribir y cerra una cremallera. Estas son tareas que implican habilidades motoras finas, y si un niño tiene dificultad con éstos, podría tener una mala coordinación ojo-mano y podría necesitar terapia para mejorar sus habilidades.

Evaluación

Muchas pruebas se han desarrollado con el fin de evaluar las habilidades de motricidad fina. Entre ellas incluyen tareas de fuerza a juego.3​ Los seres humanos exhiben un alto grado de precisión en las tareas de las características determinadas de fuerza donde un individuo es instruido para que coincida con una fuerza de referencia aplicada a un dedo con el mismo o diferente dedo. Los seres humanos también exhiben un alto grado de precisión durante las tareas que emparejan fuerza de agarre.4​ Estos aspectos de destreza manual son evidentes en la capacidad para los seres humanos para utilizar con eficacia las herramientas que se ponga en práctica

29 jun 2018

¿Qué ocurre con la grasa que perdemos al adelgazar?

Un procedimiento más lento

A la hora de obtener energía nuestro organismo no tiene por qué recurrir a la grasa. De hecho, cuando necesitamos obtenerla de manera rápida ­como
al hacer ejercicio­ nuestro cuerpo se apoya en nuestra fuente de hidratos de carbono (glucógeno), ya que es una vía más veloz.
Quintana explica que estas características dan lugar a confusiones, pero que aunque durante el ejercicio no quememos tanta grasa, a posteriori sí.
“Generas un déficit energético y nuestras mayores reservas de energía en el organismo son la grasa”, sostiene.
La musculatura y la energía
La especialista asegura que aunque no es cierto el mito de que la grasa se convierte en músculo con el ejercicio, un cuerpo más musculado ‘gasta’
más energía, y por tanto grasa, que uno menos musculado.
“El tejido muscular es muy ‘caro’ de mantener, necesita mucha energía. Las personas que entrenan tienen su metabolismo basal ­la energía que
gastamos para mantenernos vivos­ aumentado”, explica Quintana.

Cómo actúa el sudor
El sudor es un mecanismo del organismo para enfriar el cuerpo, es un indicativo de que la temperatura corporal aumenta. Quintana explica que esto
muestra que el metabolismo está activo y que está trabajando, gastando energía.
“Con el sudor expulsas agua y sales minerales, no tiene por qué depender de la quema de grasa, puedes estar sudando quieto porque hace mucho
calor”, añade.
La especialista recopila algunas recomendaciones que pueden ayudarnos si lo que buscamos es perder grasa:
Mantener a raya al estrés.
El estrés mantenido provoca un estado de inflamación en el cuerpo y dificulta mucho la pérdida de grasa. Por ello,
mantener ciertas normas de relajación, de patrones de sueño y descanso, son importantes para eliminarla.

Desarraigar el mito de que hay que hacer mucho ejercicio cardiovascular para perder grasa. Entrenar pesas y hacer ejercicio de intensidad ayuda a trabajar la musculatura, se gasta más energía, tener un buen desarrollo muscular va a ayudar más a perder grasa y a mantener esa pérdida. Cuando se
abusan de otro tipo de ejercicios se pierde mucha agua y masa muscular.

Alimentos menos procesados
La manera que tenemos de almacenar calorías o energía es en forma de grasa, son nuestras reservas. Cuando tomamos demasiadas calorías, el cuerpo no utiliza esas reservas, con lo que se acumulan. Por ello, Quintana recuerda que para perder grasa hay que llevar una dieta baja en calorías.
Además, la nutricionista hace hincapié en la importancia de tomar alimentos poco procesados. “Son más saciantes y terminaríamos comiendo lo que nuestro cuerpo necesita. El problema es que comemos en exceso, los alimentos que tomamos no regulan el hambre y la saciedad y ganamos grasa
corporal”, asegura.
“Actualmente hay una oleada de alimentos que no son lo que se debe comer, la gente está confundida porque en el supermercado hay mucha oferta de
productos con reclamos publicitarios que confunden al consumidor y no son lo que prometen”, dice Quintana.

Dieta de verano y saludable
Quintana recomienda basar nuestra dieta en frutas, vegetales frescos, e incluir proteína proveniente de legumbres, huevo, frutos secos, algo de
pescado y carne para los no vegetarianos.
En verano hay más variedad de frutas y verduras, algo que Quintana considera una ventaja que debemos aprovechar.
“Hay que priorizar las hortalizas, son muy recomendables el tomate, el pepino, el calabacín, y platos como el gazpacho “, cuenta. “Además, hay
mucha fruta cargada de agua, alta en fibra y saciante, como la sandía, las ciruelas, el melón, las nectarinas, los paraguayos, o el melocotón”, añade.
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https://www.noticiascol.com/2018/06/27/que-ocurre-con-la-grasa-que-perdemos-al-adelgazar/